martes, 31 de mayo de 2016

MUTACIONES


Mi corazón diseminado en todos los puertos, con la
palabra abierta en el oleaje. Me levanto y escucho
voces extrañas. Tomo por confidentes a las olas, digo
flores como dinamita sin contaminaciones peligrosas.
Sin embargo, algo ocurre ahora y siempre.

Atento a los movimientos del sol, nunca oí los pájaros.
Súbitamente, desperté frente a mí. Allí se prolongaban
tejidos secretos, sueños de una vida anterior. Cierta
madrugada que no termina nunca y un mismo grito de la
sangre.

Estoy separado de mí mismo. Señor de los árboles,
el viento se inclina entre las hierbas. Soy de los
últimos guerreros. Armado hasta la muerte. Vigilando
un horizonte que no es más que la memoria.

- César David Rincón -

Del poemario "Azar inconstante" (1988)

Dibujo: Alonso Zurita (Tinta sobre papel)




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